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La vida es un viaje continuo

La idea de viajar estuvo en mi mente desde muy temprano, creo que al mismo tiempo que pensaba en ser médico.   Entre esas dos pasiones se ha ido encaminando mi vida y solo era cuestión de tiempo que las dos se unieran en un mismo propósito.

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Si las vacaciones en la costa, para alguien que creció en el valle de Quito, representaban el concepto de "diversión a lo grande", por otro lado también se observaba que muchos de esos hermosos lugares tropicales y subtropicales concentraban enfermedades que podían ser peligrosas si no se tenían los cuidados apropiados.

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Al estudiar Medicina, en especial la materia de Medicina Tropical caí en cuenta que este tipo de enfermedades están presentes en casi todo el territorio del Ecuador y que son un problema muy grande para las poblaciones que viven en las regiones tropicales y subtropicales, pero que sin embargo, hemos aprendido a convivir con ellas aunque eso no signifique que no nos hagan daño.

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Trabajar como médico en regiones tropicales como Esmeraldas, San Lorenzo, Shell, Puyo me hicieron conocer más de cerca el problema y su verdadera repercusión en la salud de las personas, ya que los desenlaces fatales por malaria en aquellos tiempos eran muy frecuentes, sobre todo en la Provincia de Esmeraldas, así como las intensas parasitosis intestinales en los niños pequeños en Pastaza podían llegar a poner en riesgo sus vidas, por citar solo unos ejemplos.

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Las oportunidades que tuve para estudiar en España epidemiología y enfermedades tropicales fueron fundamentales para complementar lo que previamente aprendí en la práctica clínica en las zonas rurales y tropicales de mi país.   La formación de tropicalista fue reforzada al ser aceptado para realizar la especialidad de Medicina Preventiva bajo el programa MIR en España, el mismo que para entrar el aspirante tiene que aprobar una prueba de conocimientos bastante exigente.  La formación en este programa dura 4 años y abarca muchas áreas del conocimiento en Medicina Preventiva, entre las cuales está la Medicina del Viajero, que es muy extendida y utilizada en el país europeo.

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Durante los 4 años en el programa de Medicina Preventiva realicé consulta del viajero como una labor transversal de mis responsabilidades  como residente del hospital, y gracias a lo cual pude presentar las experiencias realizadas en ese campo en el 7º Congreso Europeo de Medicina Tropical y Salud Internacional (7th European Congress on Tropical Medicine and International Health) realizado en Barcelona en el 2011. 

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Una vez regresado de la vieja Europa, veo que el Ecuador ha cambiado mucho en estos últimos años, el turismo internacional se ha incrementado, los viajes dentro del país y los internacionales son ahora muy frecuentes, aunque con ello también se han extendido las enfermedades tropicales.  En Quito podemos ver cada vez más casos de malaria, zika, chikungunya, dengue y otras enfermedades tropicales debido al movimiento poblacional, ya sea por turismo, estudios, negocios, trabajo, etc. Por esta razón, considero que abrir un consultorio de Medicina  Tropical y de Medicina del Viajero era una necesidad para atender a quienes viven en Quito y a quienes visitan esta hermosa ciudad. 

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